martes, 8 de agosto de 2017

¿Una buena petición al Señor?
Enséñame oh Dios tu camino y guíame por la senda de rectitud: “Al hacer mi inventario de estos defectos, suelo hacerme un dibujo y contarme una historia. El dibujo es de mi Camino hacia la Humildad, y la historia es una alegoría. Por un lado de mi Camino, veo una gran ciénaga. Al borde del camino hay un pantano poco profundo que va descendiendo hacia una fangosa marisma de culpabilidad y rebeldía donde a menudo me he encontrado andando torpemente. Allí la autodestrucción tiende su emboscada, y lo sé. Pero al otro lado del camino, el paisaje me parece tener un aspecto bello. Veo un bosque con claros encantadores y, más allá, altas montañas. Las numerosas sendas que conducen a este país atractivo parecen seguras. Creo que será fácil volver a encontrar mi camino.”  Bill Wilson; “El Lenguaje del Corazón”; pág.255.

Cuando existe la buena voluntad para poner nuestra vida y voluntad al cuidado de Dios; Él es quien se encarga de enseñarnos los caminos.  Aquel que conduce al pantano de soberbia, rebeldía y desobediencia, como el otro que nos lleva a los soleados bosques llenos de vegas y caudalosos ríos.  Donde la flora y la fauna reverdecen y nuestra vida se llena de frutos apacibles de justicia.  Él mismo hacia ahí nos guía.  “Enséñame, oh Jehová, tu camino, Y guíame por senda de rectitud A causa de mis enemigos.”  Sal.27:11.

Padre, que la enseñanza de tu Camino siempre esté conmigo. Que tu guía por las sendas de rectitud y justicia esté siempre en mi vida.  Que tu amor, bondad y misericordia jamás me falten en ese caminar contigo y que Tú mi amado Dios y Señor siempre seas mi amigo.  En el nombre de Jesús, amén.  Tu hermano y amigo Daniel Aragón.  Feliz día en el Señor. 

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