¿Una buena
petición al Señor?
Enséñame oh Dios
tu camino y guíame por la senda de rectitud: “Al hacer mi inventario de estos
defectos, suelo hacerme un dibujo y contarme una historia. El dibujo es de mi
Camino hacia la Humildad, y la historia es una alegoría. Por un lado de mi
Camino, veo una gran ciénaga. Al borde del camino hay un pantano poco profundo
que va descendiendo hacia una fangosa marisma de culpabilidad y rebeldía donde
a menudo me he encontrado andando torpemente. Allí la autodestrucción tiende su
emboscada, y lo sé. Pero al otro lado del camino, el paisaje me parece tener un
aspecto bello. Veo un bosque con claros encantadores y, más allá, altas
montañas. Las numerosas sendas que conducen a este país atractivo parecen
seguras. Creo que será fácil volver a encontrar mi camino.” Bill Wilson;
“El Lenguaje del Corazón”; pág.255.
Cuando
existe la buena voluntad para poner nuestra vida y voluntad al cuidado de Dios;
Él es quien se encarga de enseñarnos los caminos. Aquel que conduce al pantano de soberbia,
rebeldía y desobediencia, como el otro que nos lleva a los soleados bosques llenos
de vegas y caudalosos ríos. Donde la
flora y la fauna reverdecen y nuestra vida se llena de frutos apacibles de
justicia. Él mismo hacia ahí nos
guía. “Enséñame, oh Jehová, tu camino, Y guíame por senda de rectitud A causa
de mis enemigos.” Sal.27:11.
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