¿Es Dios sólo Dios
de mi espíritu?
Él es Dios de
todos mis caminos: “Tendrá
un sentimiento cada vez más intenso del camino que ha de seguir y de la meta
que ha de perseguir. Empezarán a esfumarse sus tensiones e inquietudes. Es
probable que vaya mejorando su salud física. Empezarán a sucederle cosas
maravillosas e inexplicables. Inexplicablemente, mejorarán las relaciones
retorcidas dentro de su ámbito familiar y con el mundo exterior. Incluso si le
suceden muy pocas de estas cosas, se encontrará no obstante en posesión de
grandes dádivas. Al encontrarse en circunstancias difíciles, puede enfrentarse
a ellas y aceptarlas. Ahora puede aceptarse a sí mismo y al mundo a su
alrededor. Puede hacerlo porque ahora acepta un Dios que lo es Todo - y que ama
a todos.” Bill Wilson; “El Lenguaje del Corazón”; pág.241-242
Tenemos
que entender que el pecado ha afectado todo nuestro ser. Por lo tanto, la destrucción que produce en
nosotros es integral: cuerpo, alma y espíritu.
La restauración del ser humano cuando llega a un encuentro con el
Altísimo también es integral. Nos damos
cuenta que no tenemos control de enfermedades, de conocimientos, de
inteligencias, de ciencias, de relaciones, de nuestros hijos, del gobierno, de
amar, de odiar, de accidentes, de personas, de acontecimientos, ni siquiera de
nosotros mismos. La verdad no tenemos
control de nada ni de nadie. Cuando
admitimos esto y ponemos a Dios como centro de toda nuestra vida, veremos cómo
todas estas áreas son por Él restauradas. “Reconócelo
en todos tus caminos, y Él enderezará tus veredas” Pr.3:6.
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