¿Cómo ha hablado
Dios en el pasado?
Muchas veces y de
muchas maneras: “Caminaban
Eulogia, Eulalio y el tal Eustaquio por el parque en el campo de un
estadio. Iban alegres, orando y
cantando. Conversando sobre los diversos
aspectos de la vida, iban sin prisas. “Por
qué oramos y oramos y la voz de Dios no escuchamos”—preguntó Eulalio. “Sí—afirmó Eulogia—porque si orar es hablar
con Dios, ¿Por qué no escuchamos su voz?”
“¿Qué les parece si le preguntamos al Señor? —sugirió Eustaquio. Así los tres oraron. “Y bien, ¿qué escuchaste vos?”—cada uno se
preguntó. Eustaquio tan sólo a decir
atinó: “Cuando caminaban no escuchaban las chicharras. Oraban, cantaban, charlaban. Cuando en silencio oraban, muy fuerte
sonaban. Así, los avatares de la vida
impiden escucharme, mas si se detienen un poco oirán mi voz al invocarme” Cuentos del Reino; Daniel Aragón, “Escuchando
la voz del Señor”; 31-08-2017.
Escuchar la voz de
Dios es una actitud de fe, pues Él nos habla de muchísimas maneras. Pero como es una acción que requiere fe,
tiene que ver con nuestras creencias, no con nuestro oído. Así como no escuchamos las chicharras en un
campo, o bien el canto maravilloso de los pájaros en una madrugada, porque
estamos concentrados en otras tareas, así tampoco escuchamos la voz de Dios por
estar tan ocupados en nuestros diarios quehaceres. Pero su Palabra me dice: “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo
a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el
Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el
universo;” Heb.1:1-2.
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