¿Qué no podemos
entender solos?
Nuestros propios
errores, nuestros pecados: “¿Qué es el egocentrismo?, ¿cómo se manifiesta? —le preguntó Eustaquio al maestro Gaudencio
esperando una buena respuesta. “Es una delgada línea interna. Todos, de alguna manera, queremos tener un
público cautivo y cautivado. Queremos que
nos noten, ser el centro de atención; recibir un trato especial, que nos tengan
en consideración. Internamente anhelamos
dejar una marca, pero todo es como una gran actuación. Y el único objetivo: Usar esta actuación como
una protección del enorme vacío que hay en nuestro corazón” Cuentos del Reino; Daniel Aragón. “El autoengaño y egocentrismo van de la mano”;
14-09-2017.
Muchos
defectos de carácter se ocultan tan subrepticiamente, que nosotros consideramos
que son los demás quienes nos dañan, o que tenemos derecho a dañar porque hemos
sido dañados. Pero la verdad es que nos consideramos tan esenciales, que
creemos que somos especiales, y hasta mejores que los demás. Entonces aparecen otros defectos, llamados “subyacentes”
que acompañan al egocentrismo y autoengaño: conmiseración, yoquepierdismo,
vanidad, egoísmo, hedonismo, etc. ¿Quién
nos podrá librar de ellos? Sólo
Dios. “¿Quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son
ocultos.” Sal.19:12.
No hay comentarios:
Publicar un comentario