¿Por qué debo de
hacer el bien y amar a mis enemigos?
Porque Dios es
benigno con los ingratos y malos: Como dice esta frase que es de autor
anónimo: "Bendito aquel que nada espera porque no será defraudado, pero en
cambio se deleitará diariamente con cada nueva y fresca evidencia del amor de
DIOS y la amistad de hombres y mujeres".
Quiero meditar y pensar acerca de
esta pregunta y deseo responderla honestamente: ¿Espero algo a cambio cuando
ayudo a mis semejantes, sean estos amigos o enemigos?
Cuando
servimos a otros, haciendo posible resolver una necesidad de ellos, de alguna
manera esperamos algo. Quizás un “gracias”,
un reconocimiento: “qué bueno que eres”; una transformación de esta persona
para con ellos mismos, para con nosotros, o para con Dios. Y muy seguramente
algo de esto irá a ocurrir. Pero la
Palabra de Dios me exhorta a que haga el bien y no espere nada de ello. “Amad,
pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada;
y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es
benigno para con los ingratos y malos.”
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