domingo, 10 de septiembre de 2017

Hagamos el bien sin esperar nada

¿Por qué debo de hacer el bien y amar a mis enemigos?
Porque Dios es benigno con los ingratos y malos: Como dice esta frase que es de autor anónimo: "Bendito aquel que nada espera porque no será defraudado, pero en cambio se deleitará diariamente con cada nueva y fresca evidencia del amor de DIOS y la amistad de hombres y mujeres".  Quiero meditar y pensar acerca de esta pregunta y deseo responderla honestamente: ¿Espero algo a cambio cuando ayudo a mis semejantes, sean estos amigos o enemigos?

Cuando servimos a otros, haciendo posible resolver una necesidad de ellos, de alguna manera esperamos algo.  Quizás un “gracias”, un reconocimiento: “qué bueno que eres”; una transformación de esta persona para con ellos mismos, para con nosotros, o para con Dios. Y muy seguramente algo de esto irá a ocurrir.  Pero la Palabra de Dios me exhorta a que haga el bien y no espere nada de ello.  “Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos.”

Padre, el indicador que Tú usas para que nosotros nos demos cuenta que somos hijos tuyos, es cuando servimos, hacemos el bien sin mirar a quién y además no esperamos nada a cambio.  Eres Tú quien galardonas.  Así, hoy espero hacer el bien a alguien sin esperar nada en el nombre de Jesús, amén.  Tu hermano y amigo Daniel Aragón.  Feliz día en el Señor. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario