jueves, 5 de julio de 2018

La sal de la tierra


¿Qué debemos ser los cristianos para el mundo?
Sal: “Eulalio fue quien hizo la pregunta absurda, la pregunta burda: “Maestro Gaudencio, dígame, ¿Cómo se le puede devolver el sabor a la sal, cómo puede volver adquirir su salinidad?” El maestro lo quedó viendo, asombrado, callado. De pronto espetó su respuesta a la pregunta necia. “La sal jamás pierde su salinidad, pero si un día la perdiera y quieres su sabor devolver, sálala con la placenta de una mula, y vas a ver”—le afirmó el educador. A lo que Aurelio añadió: “Pero maestro, ¡las mulas no tiene placentas!” Gaudencio raudo le contestó: “Ni tampoco tu pregunta necia, tiene una lógica respuesta” Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “Eres la sal del mundo: ponte a salar y punto”; 04-07-2018.

Perdonar a los que te ofenden, ayudar a los necesitados, reconocer tus errores, trabajar por servir y no por ganar, tener paz en momentos convulsivos, responder bien por el mal, o bendición por maldición. No actuar con violencia, ni física, ni verbalmente. Cumplir con las metas y la mayoría de veces sobre cumplir. Agradecer en todo momento, ver la vida desde la perspectiva Divina. Predicar la Palabra, compartirla, enseñarla, promoverla. Eso es salar, dar sabor al mundo. Somos sal de esta tierra, ¿acaso puede la sal perder su salinidad? Jamás, excepto si tú decides no hacer lo que por Cristo y para Él, podemos hacer. “Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres.” Mt.5:13.

Padre, haz posible que no me desvanezca como la sal que me has puesto a ser en este mundo. Que siempre tenga la humildad y el amor para seguirte y servirte, que pueda dar el sabor de tu amor a este mundo afectado, en el nombre de Jesús, amén. Tu hermano y amigo Daniel Aragón. Feliz día en el Señor.

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