domingo, 1 de julio de 2018

Los de limpio corazón


¿Quiénes verán a Dios?
Los de limpio corazón: “No sé, no sé. ¿Cómo se puede creer en un Dios que no se puede ver?”—preguntó Eulalio totalmente azorado. Gaudencio le respondió calmado: “¿Quién dice que no puedes ver a Dios? Sí que puedes. Si te dispones a tener un limpio corazón, perfectamente podrás ver a Dios. Y te estoy hablando que podrás verlo en esta vida, podrás verlo en vos. Ahora, esto es fijo: que por tu cuenta jamás podrás tener un corazón limpio. Sólo será posible, si quien lo limpia es el Espíritu. Así, cuando perdones, podrás ver a Dios. Cuando des a otros, misericordia, podrás ver a Dios. Cuando realices cosas que jamás lo harías por ti mismo; conocerás al Altísimo” Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “Un limpio corazón, sólo con Dios”; 30-06-2018.

El Rey David oraba así en el salmo 51:10: “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí.”. Sólo Él puede limpiar nuestro corazón: perdonando nuestros pecados, instruyéndonos en su conocimiento, dándonos su misericordia y verdad. Cuando reconocemos que sin Él nada podemos hacer, cuando aceptamos que le necesitamos. Cuando perdonamos, cuando reconocemos nuestros errores, los confesamos y pedimos perdón; ya a Dios, o a otra persona. Cuando ayudamos, servimos y amamos. Ahí entonces, vemos a Dios; pues no nos vemos nosotros. “Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.” Mt.5:8.

Padre, te veo en mí cuando no me veo a mí. Cuando no me enfoco en lo mío, sino en Ti y tus propósitos. Cuando me humillo porque perdón pido, cuando reconozco mis errores, cuando me dispongo a ser misericordioso, cuando sirvo por amor, cuando amo. Entonces es cuando te veo, porque mi corazón has limpiado en el nombre de Jesús, amén. Tu hermano y amigo Daniel Aragón; feliz día en el Señor.

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