domingo, 7 de junio de 2020

Yo soy, el que habla contigo.

¿Qué pasa con la persona promiscua?
Dios la comprende y se le revela personalmente: “Testificaba Eulogia con su confidente, le hablaba sinceramente: “Estaba casada y con hijos, pero tenía un amante y ya no quería a mi marido. Dispuesta estaba a dejarlo cuando me pasó algo que no tenía planificado: Me enfermé y caí en cama estando mi vida en vilo, pues me infecté con el coronavirus. Fue ahí donde recapacité, e hice un pacto con Él. Le pedí perdón a Dios y le prometí que no dejaría a mi familia. Alguien hasta mi cama llegó y me dijo. Dios escuchó tu oración. A los pocos días Él, totalmente sana, me levantó”—finalizó Eulogia. El sabio Gaudencio tan sólo dijo esto: “A Dios gloria, a Dios gloria” Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “La promiscuidad es una enfermedad: Dios te sanará”; 06-06-2020. 

La padecen tanto hombres como mujeres. Puede ser por dependencia emocional y física ocasionada por traumas en la niñez o soledad. Otra causa es la lujuria desenfrenada, el buscar constantemente protección, buscar aceptación, creerse superior y buscar la propia satisfacción con lo que puedes adquirir adicción. Se convierte en una atadura cuando no puedes controlarla ni dejarla, pero Dios puede liberarte completamente y luego usarte grandemente para su gloria. “porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad…Jesús le dijo: Yo soy, el que habla contigo.” Jn.4:18,26.

Padre, Tú me puedes sanar de toda enfermedad, dependencia física, económica o emocional; líbrame de la promiscuidad y de toda afectación física, emocional y espiritual; en el nombre de Jesús, amén. Tu hermano y amigo Daniel Aragón, Feliz día en el Señor. 

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