¿A quién juzgará Dios?

Al justo y al impío: “Jajajajajaja-la risotada de Eucarpio se dejó sentir por todo el estadio. ¿Dices que Dios me juzgará a mí, pues realmente soy un tipo lleno de maldades y rencor. Pues te cuento que a ti también te juzgará, porque cuando éramos adolescentes juntos hicimos mucha maldad. Jajajajajajajajajajaja”—y las carcajadas burlescas siguieron sonando a toda puerta. Mas el maestro Gaudencio después de un breve momento de silencio, dijo estas palabras con pleno fundamento: “Te tengo una noticia, es cierto lo que tú dices, pero a mí ya me juzgó Dios con justicia.”—le comunicó con seriedad. “¿Cómo?”—exclamó Eucarpio—“¿Y cómo te encontró? No me digas que inocente si eras culpable”—determinó con otra sonora carcajada. “Así es, yo mismo culpable me declaré. Y se me sentenció a morir, más Jesucristo pagó con su vida por mí” Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “Al justo como al impío juzgará Dios, a mí ya me juzgó y por Cristo me liberó”; 28-07-2023.

Ciertamente Dios juzgará al justo como al impío, pero una cosa es segura que me dice la Escritura: justos no hay, ni siquiera uno. De tal manera que la única manera de ser justos, es que Dios me justifique, que Él mismo me santifique. Y para eso yo he de presentarme sin pecado, sin injusticias. ¿Cómo será esto posible si desde que nací soy pecador? La única manera es Jesucristo el Señor. Cuando llego a Él, me limpia y me purifica. Por eso me he declarado culpable delante de Dios y he recibido a Jesucristo como mi Señor y Salvador. Jesús ha pagado con su vida por mí y me ha perdonado totalmente. “Y dije yo en mi corazón: Al justo y al impío juzgará Dios; porque allí hay un tiempo para todo lo que se quiere y para todo lo que se hace.” Ecl.3:17.

Amado Dios, Tú ya me juzgaste en Cristo Jesús y fui declarado y hallado culpable. Mi condena fue morir pero Jesucristo intervino por mí y tomó mi muerte para limpiarme de pecados y ser hallado justo delante de Ti para entonces, Tú darme vida eterna. Gracias por tu plan de salvación amado Padre, en el nombre de Jesús, amén. Tu hermano y amigo Daniel Aragón. Feliz día en el Señor.