¿A quién debemos
de agradar?
A Dios: “Aurelio estaba
enojado, emocionalmente afectado. Cuando se le acercó Gaudencio, el sabio
maestro, no quería decirle nada. Pero al verlo, le sonrió y le dijo sin miedo: “No
logro agradar a Eulogia, por más que me esmero en hacer ante ella algo bueno. Al
final, no le consigo para nada agradar”. El sabio se quedó en silencio,
cavilando muy adentro. De pronto le dijo sonriendo: La baja autoestima nos hace
creer que necesitamos la aprobación de otro para sentirnos bien con nosotros.
Pero a quien debemos de agradar no es a los demás, sino a Aquel que nos pide
hacer su voluntad: A Jehová.” Cuentos
del Reino; Daniel Aragón; “Agradar a Jehová”; 14-04-2018.
Para
algunos de nosotros se trata de una necesidad emocional: Tener la aprobación de
los demás a través de palabras de afirmación. Sobre todo, de aquella persona
que más nos interesa: padre, madre, esposa, esposo, amigo, amiga, etc. El problema
es cuando dependemos emocionalmente de la aprobación de los demás, hacemos lo
que sea para que los demás nos digan que somos estupendos. Nos sentimos bien un
tiempo y después empieza a hacernos daño. Al tratar de agradar a otra persona,
nos subestimamos y subestimamos nuestros valores. Descubrimos que la aprobación
de los demás no llena el vacío que tenemos dentro. Pero, es posible encontrar
la satisfacción interna que buscamos, haciendo lo correcto por motivos
correctos. “Por tanto procuramos
también, o ausentes o presentes, serle agradables.” 2Cor.5:9.
Padre,
en esta búsqueda de aprobación en los demás, Tú eres la persona más importante
a quien yo quiero agradar. Y sé que, al
recibir a tu Hijo Jesucristo como mi Señor, te agrado. Sé que cuando me relaciono contigo e intento hacer tu voluntad, a ti te
agrado Padre y tengo tu aprobación, en el nombre de Jesús, amén. Tu hermano y
amigo Daniel Aragón, feliz día en el Señor.
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