Los enfermos: “Aurelio le
confesó al maestro Gaudencio: “Mi pasado es caos. Por donde la mire sólo hay en mí mal, y estoy
lleno de remordimiento y culpabilidad. ¿Cómo conmigo Dios va funcionar? ¿Qué
buena relación con Él puedo yo llegar a tener”—dijo el joven sinceramente. El maestro
le dijo esto: “Aurelio, los sanos no tienen necesidad de médico, sino los
enfermos. Desde ya estás comenzando muy bien, para con Dios una buena relación
tener. Porque Él quiere que seas honesto, que le expongas lo que eres, que todo
le confieses. Verás cómo el Señor te va a responder, y tu sanidad total vas a
tener” Cuentos del Reino; Daniel Aragón;
01-10-2018.
Admitir
nuestra condición de pecadores, es el inicio para decirnos: “Estoy enfermo,
necesito un médico”. Sin declarar nuestra condición, sin reconocerla de
corazón, no podemos hallar gracia delante del Señor. Y esto es válido para
cualquier ocasión. No sólo para recibirle, sino también para pedir su oportuna
intervención y socorro en cualquier área de nuestra vida, que estando enferma, necesite
la total restauración. “Al oír esto
Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No
he venido a llamar a justos, sino a pecadores.” Mr.2:17.
Padre, las áreas
de mi vida donde
estoy enfermo son innumerables, tanto en
el aspecto físico, mental, emocional y espiritual. Por eso he acudido hoy a Ti,
para pedirte tu divina sanidad y restauración total, en el nombre de Jesús,
amén. Tu hermano y amigo Daniel Aragón. Feliz día en el Señor.
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