viernes, 14 de julio de 2017

¿Cómo llegamos a obtener paz y descanso para nuestras almas?
Cuando aprendiendo de Jesucristo, nos volvemos mansos y humildes:“Por más que quiera no puedo.  Es que ser manso y humilde no lo quiero.  Si así soy, todos me van pisotear, conmigo todos se van a desquitar”—gritaba desesperado el joven Eulalio.  Mas así le aconsejó su amigo Eustaquio: “La humildad y mansedumbre no proviene de nosotros, esto sólo brota del Señor. Nosotros somos arrogantes, respondones, amargados y prepotentes. Así que necesitamos aprender de Dios, porque para ser humildes, debemos de llegar a realizar la voluntad de Jehová.” Cuentos del Reino; Daniel Aragón, “Humildad: Dios que haga tu voluntad”.  13-07-2017. 

Encontramos la humildad cuando estamos dispuestos a reconocer nuestros errores y defectos; cuando obedecemos las sugerencias o consejos de nuestras autoridades, cuando queremos servir a todos por igual sin hacer acepciones de personas. Encontrar la humildad es una alegría sin par, es agradecerle a Dios y a los demás; es querer cambiar, es desearlo y anhelarlo.  La humildad está cuando nos interesa el bienestar de los demás primero y no el mío propio.  Humildad es disponerse a hacer todo lo posible por no volver atrás. ¡¡La humildad es un paso de buena voluntad!! La humildad en resumen es: Hacer la voluntad de Dios y no la mía. “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas.”  Mt.11:29.

Padre, te pido que me enseñes a hacer tu voluntad, que pueda aprender de Ti.  Sé que en mí no hay manera de cómo pueda realizarlo, pero con la ayuda de tu Santo Espíritu podré lograrlo, en el nombre de Jesús, amén.  Tu hermano y amigo Daniel Aragón. Feliz día en el Señor. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario