domingo, 30 de julio de 2017

¿Qué realmente abate al hombre?
La soberbia: “¡Me voy, me voy!  Definitivamente no tolero a ese señor.  Es que es tan petulante, tan engreído.  La verdad no ¡soporto a Laurentino!”—expresó enfadado Aureliano.  El buen sabio Gaudencio esto le dijo: “Acuérdate que ese “engreído” te ha ayudado a caminar por el camino de bienestar que has elegido.  La soberbia—mi estimado amigo—se manifiesta en una cadencia: Primero intolerancia, luego el resentimiento y después la imprudencia.  ¿Quieres por la soberbia ser abatido?  ¡Adelante mi amigo!  Pero después no llores como hombre, las decisiones que tomes como niño”.  Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “Las tres expresiones de la soberbia”; 29-07-2017. 

Lo he visto y lo he experimentado.  La soberbia, ese terrible sentimiento de superioridad que provoca un trato distante y despreciativo hacia los demás, tiene sus etapas.  Aparece primero la intolerancia.  No tienes capacidad para tolerar opiniones o actitudes diferentes a las tuyas. Luego brota casi inmediatamente el resentimiento: Ese engañoso sentimiento persistente de disgusto o enfado hacia alguien por considerarlo causante de ciertas ofensas, o daños sufridos, y que se manifiesta en palabras o actos hostiles.  Y luego, da lugar a la imprudencia: Acciones o palabras realizadas sin tener en cuenta los riesgos y peligros que éstas conllevan.  Por último, viene el abatimiento: la separación, la caída, la desgracia, la deshonra: “La soberbia del hombre le abate; pero al humilde de espíritu sustenta la honra.” Pr.29:23.

Padre, que la soberbia en nosotros sea echada fuera por medio de alcanzar la humildad en nuestro espíritu y nuestra mente.  Sólo Tú puedes ayudarnos a obtener ese grado o nivel de humildad necesario para reconocer nuestro error y pedir perdón.  En el nombre de Jesús, amén.  Tu hermano y amigo Daniel Aragón.  Feliz día en el Señor.

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