sábado, 8 de julio de 2017

¿Cuál es el origen de mi angustia?
Mi dependencia producto de mis exigencias: “Si analizamos toda inquietud que sentimos, las grandes y las pequeñas, encontraremos en su origen alguna dependencia malsana y la exigencia malsana derivada de esta dependencia.  Abandonemos, con la gracia de Dios, estas exigencias obstaculizadoras. Entonces nos veremos liberados para vivir y para amar; …”  Bill Wilson; “El Lenguaje del Corazón”, pág. 238.

“Las cosas se hacen como yo mando, como yo digo.  Y tendremos los resultados que yo espero”.  Esta frase resuena en mi cabeza de manera constante.  Porque nuestro temperamento, unido a nuestro egocentrismo, siempre tratará de manipular todas las cosas, personas y hasta circunstancias, a mis exigencias.  Ahí abro la puerta a numerosas dependencias.  Todas ellas basadas en mis exigencias malsanas.  Porque no hemos aprendido a dejarnos guiar por Dios; y, tener la plena confianza que las circunstancias, personas y cosas, están en las manos de Dios y no de mí.  Así lo que suceda, de alguna manera me conviene, pero sobre todo, ello se encamina hacia los propósitos del Señor.  Cristo mismo nos dio ejemplo de esto: “Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró, diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. Y se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle.”  Lc.22:41-43.

Padre, ayúdanos para poder aceptar las cosas, personas y circunstancias de nuestra vida, que no podemos cambiar.  Ayúdanos para disponernos a aceptar tu voluntad, de manera que todo lo pongamos en tus manos: nuestra vida, nuestra voluntad y todo lo demás.  En el nombre de Jesús, amén. Tu hermano y amigo Daniel Aragón.  Feliz día en el Señor. 

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