¿Quiénes recibirán
consolación?
Los que lloran: “Fue algo increíble
maestro, porque en un momento, todo cambió. Pasé de echarle la culpa al Señor
de todo lo que me pasó, a llorar como un niño y pedirle perdón. Porque en mi
soberbia pensaba, que todo lo malo que había vivido, Dios me lo mandaba. Pero de
pronto fui tocado y lloré desesperado.”—contó Eustaquio a su maestro Gaudencio.
“Bienaventurado eres hijo, porque todos los que lloran con ese lloro de
arrepentimiento, serán consolados por el gran Maestro.” Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “Bienaventurados los que lloran por
el Señor”; 26-06-2018.
Esta
segunda bienaventuranza está supeditada a la primera. Aceptar que somos pobres
de espíritu conlleva arrepentimiento y cuando somos tocados por el Espíritu
Santo, entonces lloramos. Porque no se trata del lloro de los incrédulos cuando
pierden o fracasan en algo; tampoco el llanto de los hombres cuando lamentan
sus desgracias. Menos cuando alguien fallece o sufren un accidente. Este lloro
es bienaventurado cuando somos tocados en algo que el Espíritu Santo nos
convence, ya sea de pecado, ya de justicia o de juicio. “Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.”
Padre,
cuando tu Santo Espíritu me toca y lloro por arrepentimiento por algún error,
porque estaba sin pleno conocimiento de algo, o porque he sido soberbio; o tan
simple, por saberme ante tu Inmensa Presencia, sé que tengo por Ti ese consuelo en el nombre de Jesús, amén. Tu hermano
y amigo Daniel Aragón. Feliz día en el Señor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario