¿Qué se necesita
para hacer la voluntad de Dios en momentos difíciles?
Carácter: “Eustaquio parecía
león enjaulado: golpeaba las paredes, tiraba cosas, estaba muy enojado. Hablaba
y se quejaba que tenía razón, que los demás eran injustos; y que pasa su
maestro el sabio Gaudencio en ese momento: “¿Qué te pasa muchacho, ¿por qué te
has enojado tanto?”—le preguntó sorprendido. “Es mi jefe maestro, ha sido
injusto conmigo—le confesó el joven—tenía un problema y él me ha dado permiso. Tardé unos días en resolverlo, pero luego me
cobró el costo del que en mi puesto dejó.”—dijo aún airado. “’Y luego, ¿qué
hiciste vos?”—el sabio le preguntó. “Le grité que era un injusto: salí, me
llamó y desobedecí. Ya aquí estaba fuera de mí. Y me fui, al trabajo no volví”—se
explicó Eustaquio. Gaudencio lo quedó viendo, y le dijo: “Muchacho, muchacho:
se necesita de humildad, de ser agradecido, de conocimiento en leyes laborales
y de mucha virtud, para saber que en injusto has sido tú. Pero, para hacer lo
correcto en momentos tensos, necesitas tener carácter de Dios y no dejarte
llevar por la emoción” Cuentos del
Reino; Daniel Aragón; “Formar el carácter de Dios en vos”; 14-06-2018.
No
olvido aquella ilustración hermosa, del maestro que tomó una naranja, la apretó
y llenó medio vaso del líquido que de la fruta salió. Y luego a la clase
preguntó: ¿qué salió de la fruta? Y todos contestaron: jugo de naranja. Luego se
expresó: Así somos todos, cuando la vida nos aprieta sacamos y damos a los
demás lo que hay en nosotros. Si queremos actuar como Jesucristo: quedarnos
callados, escuchar; y en la voluntad de Dios actuar, necesitamos carácter. El
carácter no es contestar, gritar, dejar todo tirado y no importar lo que más
tarde pueda pasar. El carácter es actuar bajo la voluntad de Dios, en cualquier
circunstancia. Aun cuando como Cristo,
injusticia padezcamos: “Angustiado él, y
afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja
delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.” Is.53:7.
Padre,
queremos tener el carácter de tu amado Hijo, Cristo Jesús. Sabemos que vivía en
un país invadido y la injusticia reinaba en los opresores, y en las autoridades
del país oprimido. Mas cuando en tu
voluntad estaba dar a tu Hijo por el pecado de la humanidad, éste, a pesar de
las injusticias recibidas, se entregó por amor a Ti y a nosotros. Haz mi carácter
así, en el nombre de Jesús, amén. Tu hermano y amigo Daniel Aragón. Feliz día
en el Señor.
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