¿Quiere
Dios que seamos fiador de alguien?
No, de ninguno: “Eucadio llegó asustado, preguntó anonadado: “Maestro, no sé qué me pasó, pero un amigo que tengo en el trabajo me pidió que fuere su fiador. Yo accedí y le firmé de manera irresponsable, un documento donde de su deuda me hago responsable”—le confesó angustiado. Su maestro, el sabio Gaudencio le dijo muy pausado: “Saliste fiador de un amigo, has quedado preso tú en ese compromiso” Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “Fiador de un extraño o un amigo, te hace prisionero de tu compromiso”; 26-09-2021.
Nunca debemos de cometer el error de salir por un amigo o por cualquier otra persona como fiador. Cuando así lo hacemos, nos enlazamos y quedamos atrapados en esa deuda. Vamos a perder la calma y la paciencia y nos vamos a frustrar y a sufrir. Lo mejor que podemos hacer es decirle a esta persona. No, lo siento, por cuestiones religiosas no puedo ser fiador. “Hijo mío, si salieres fiador por tu amigo, Si has empeñado tu palabra a un extraño, Te has enlazado con las palabras de tu boca, Y has quedado preso en los dichos de tus labios.” Pr.6:1-2.
Padre, que nunca se me ocurra ser fiador
de nadie en asuntos de préstamos o de respaldo en tarjetas de crédito, etc. Tú me has ayudado a ser libre de esas
deudas, en el nombre de Jesús, amén. Tu hermano y amigo Daniel Aragón. Feliz
día en el Señor.