¿Por qué vela la
amada del Señor?
Por su pronta llegada: “Aunque mi corazón velaba en la madrugada, yo estaba dormida—contaba Eunomía—porque a mi amado Eurasio esperaba. Por eso mi sueño se hizo ligero. ¡Y de pronto! Su voz se oyó como una dulce canción de un tierno jilguero: “Ábreme la puerta amada mía, porque te deseo más que al alma mía y vengo lleno para ti, de la dulce miel de las estrellas.”—me dijo gozoso. Mi corazón maestro, se llenó de amor, de pleno alborozo.”—finalizó la joven contenta. Su maestro, el sabio Gaudencio, le dijo en forma amena: “El amor construye palabras poéticas, por el encuentro que comienza ya desde que abres la puerta.” Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “Duermo pero mi corazón vela por nuestro encuentro”; 14-02-2024.
Así mismo es la amada Iglesia del Señor, duerme de vez en cuando, pero su corazón vela. Vela atentamente para oír la voz de su amado Salvador, quien en la madrugada de ese grandioso y especial amanecer, vendrá bañada su cabeza de rocío, y perlado sus cabellos con las gotas de la noche. “Yo dormía, pero mi corazón velaba. Es la voz de mi amado que llama: Ábreme, hermana mía, amiga mía, paloma mía, perfecta mía, Porque mi cabeza está llena de rocío, Mis cabellos de las gotas de la noche.” Cnt.5:2.
Padre,
bendito hoy y bendito el día que Jesucristo venga por su Iglesia. Que nuestros corazones velen con alegría
para estar atentos a recibirle. Para tu gloria y nuestro bien. En el nombre de
Jesús amén. Tu hermano y amigo Daniel Aragón. Feliz día en el Señor.
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