jueves, 29 de febrero de 2024

¿Cómo son las manos de mi Señor?

Como anillos de oro engastados: “Es que me encantan las manos de Eurasio, son como anillos de oro engastados en Topacio. Su cuerpo atlético y fulgurante, como argentado y lleno de preciosos diamantes.”—explicó Eurosia emocionada, llena de detalles. Su maestro, el sabio Gaudencio, le contestó muy amable: “Tu metáfora es un maravilloso viaje. Describes a tu esposo cual joya inigualable.” Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “Nuestro Señor es la joya de inigualable valor”; 25-02-2024.

Sus manos horadadas porque la atravesaron los clavos, al ser crucificado en aquella cruz del Calvario, son como anillos de oro engastados en jacintos. El jacinto es una piedra preciosa que formaba parte del pectoral del sumo sacerdote. Es roja y nos recuerda el sacrificio y martirio de nuestro Señor. Su cuerpo, como claro marfil cubierto, cubierto de zafiro, refleja su carácter interno: Lleno de amor y misericordia, de gracia y verdad por la humanidad. “Sus manos, como anillos de oro engastados de jacintos; Su cuerpo, como claro marfil cubierto de zafiros.” Cnt.5:14.

Padre, bendito eres Señor: porque las manos heridas de mi Rey, su cuerpo entregado como ofrenda en sacrificio vivo para la salvación de mi alma, son las joyas que reflejan tu amor, gracia, misericordia y verdad por nosotros la humanidad. En el nombre de Jesús, amén. Tu hermano y amigo Daniel Aragón. Feliz día en el Señor.

 

 

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