¿Cómo debe ser mi
meditación?
Dulce en Dios: “El maestro
Gaudencio, expresó esto ante sus estudiantes: “…¡Pero es cierto! Meditar para
nosotros no era una práctica constante, tan sólo lo hacíamos cuando estábamos metidos
en algo grave. ¿La oración? ¿Solicitar la guía del Señor? Reflexionar en su
Palabra, ver los asuntos que te aquejan de la vida diaria. Todo eso estaba muy abajo en nuestra lista de
prioridades; pero ahora, dulce es mi meditación en Dios, cómo me regocijo en
ello yo” Cuentos del Reino; Daniel
Aragón; “Dulce meditar en el Señor”; 23-11-2018.
Alguien
dijo por ahí que “la meditación es abrirme al Espíritu de Dios”; por tanto, la
meditación se da en Él. Cuando lo hacemos y obtenemos preciosos réditos de paz,
tranquilidad, amor, gozo, paciencia, benignidad, bondad, fe, humildad, y
dominio propio; nos entra un regocijo inexplicable, porque hemos adquirido el
fruto de su Espíritu. “Dulce será mi
meditación en Él; yo me regocijaré en Jehová” Sal.104:34.
Padre,
que siempre mi meditación en todos mis asuntos sean dulces en Ti Señor, que saboree el proceso espléndido de poner
en práctica tu Palabra en aquellos asuntos que me afectan o espantan. En el
nombre de Jesús, amén. Tu hermano y amigo Daniel Aragón. Feliz día en el Señor.
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