jueves, 31 de enero de 2019

Para no pecar con mi lengua


¿Qué debemos de hacer para no pecar con nuestra lengua?
Atender nuestros caminos, guardar mi boca con freno: “Orquídea llegó llorando, sentía que otra vez había fallado: “¿Por qué no pude refrenar mi lengua maestro?, estaba Eulogia hablando barbaridades, diciendo sobre los cristianos bascosidades. Creí que mi deber era a mis hermanos defender, mas terminé diciendo maldiciones y acabe por ofender”—confesó honestamente. El maestro Gaudencio le dijo rápidamente: “Para no pecar con palabras vanas, debemos de atender nuestros caminos de manera llana: examinarnos plenamente y meditar sobre qué es lo que me enciende. Aprender a guardar nuestra boca con freno, sobre todo delante de los impíos y ateos” Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “Atenderé mis caminos para no ser con mi boca dañino”; 30-01-2019.

No es difícil hablar buenas palabras con las personas que muy bien nos hablan o nos tratan. Quizás en nuestra casa, en la Iglesia, en la escuela o en el trabajo donde laboramos y hasta en nuestra comunidad o algún lugar lejano. Pero en esos lugares podremos encontrar personas que nos digan palabras groseras o bien, que en Dios no crean; por lo tanto jamás medirán sus palabras. Pero nosotros sí podemos, para eso, atendamos nuestros caminos y examinémonos constantemente y así aprendemos a poner a nuestra boca, freno. “Yo dije: Atenderé a mis caminos, Para no pecar con mi lengua; Guardaré mi boca con freno, En tanto que el impío esté delante de mí.” Sal.39:1.

Padre, permíteme y guíame para poder atender mis actitudes, mi forma de actuar, mis caminos y pueda entonces lograr mi boca frenar, aún delante del impío, de modo que puedan mis labios bendecir y no maldecir en el nombre de Jesús, amén. Tu hermano y amigo Daniel Aragón. Feliz día en el Señor.

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