sábado, 18 de julio de 2020

Ven a tu jardín, amado mío; saborea sus mejores frutos

¿Y qué dice la esposa?
Ven a tu jardín amado mío: “Eulogia comentó contenta: “Me encanta ser el jardín de mi amado, es un símil muy preciado”—hizo Eulogia su comentario. Su maestro, el sabio Gaudencio la animó con esta oración: “¿Qué podrías decirle vos, a tu esposo de corazón?”—preguntó interesado. Eulogia le contestó teniendo en la garganta un torozón: “Llamaría a los vientos del sur y del norte, para que en mi jardín soplen. Y mi fragancia por todos lados del huerto la esparzan. De manera que mi amado venga por el dulce olor a jazmín, y coma de los dulces frutos de su jardín” Cuentos del Reino; Daniel Aragón: “Ven a tu jardín a comer frutos dulces para ti”; 17-07-2020.

Qué bella es la actitud de la esposa al llamar a su esposo, por la fragancia de su aroma en el jardín, a deleitarse con sus frutos y con perfume de alhelí. De igual manera que esta esposa amante, la iglesia debe de llamar a su esposo (Jesucristo), a través de esparcir por los cuatro puntos cardinales de la tierra, el aroma dulce que en nosotros produce, la reconciliación con Dios y la reconciliación de todas las cosas en Él. “¡Despierta, viento del norte! ¡Levántate, viento del sur! Soplen en mi jardín y esparzan su fragancia por todas partes. Ven a tu jardín, amado mío; saborea sus mejores frutos.” Ctr.4:16 NTV.

Padre, que nosotros como tu Iglesia podamos esparcir el aroma fragante de tu amor y justicia para que pueda tu amado Hijo olerlo y venir a este jardín donde le mostraremos los frutos de tu Iglesia amada, para tu gloria, en el nombre de Jesús, amén. Tu hermano y amigo Daniel Aragón. Feliz día en el Señor.

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