¿Y qué dice la
esposa?
Ven a tu jardín
amado mío: “Eulogia
comentó contenta: “Me encanta ser el jardín de mi amado, es un símil muy
preciado”—hizo Eulogia su comentario. Su maestro, el sabio Gaudencio la animó
con esta oración: “¿Qué podrías decirle vos, a tu esposo de corazón?”—preguntó interesado.
Eulogia le contestó teniendo en la garganta un torozón: “Llamaría a los vientos
del sur y del norte, para que en mi jardín soplen. Y mi fragancia por todos
lados del huerto la esparzan. De manera que mi amado venga por el dulce olor
a jazmín, y coma de los dulces frutos de su jardín” Cuentos del Reino; Daniel Aragón: “Ven a tu jardín a comer frutos
dulces para ti”; 17-07-2020.
Qué
bella es la actitud de la esposa al llamar a su esposo, por la fragancia de su
aroma en el jardín, a deleitarse con sus frutos y con perfume de alhelí. De
igual manera que esta esposa amante, la iglesia debe de llamar a su esposo
(Jesucristo), a través de esparcir por los cuatro puntos cardinales de la
tierra, el aroma dulce que en nosotros produce, la reconciliación con Dios y la
reconciliación de todas las cosas en Él. “¡Despierta,
viento del norte! ¡Levántate, viento del sur! Soplen en mi jardín y esparzan su
fragancia por todas partes. Ven a tu jardín, amado mío; saborea sus mejores
frutos.” Ctr.4:16 NTV.
Padre,
que nosotros como tu Iglesia podamos esparcir el aroma fragante de tu amor y
justicia para que pueda tu amado Hijo olerlo y venir a este jardín donde le
mostraremos los frutos de tu Iglesia
amada, para tu gloria, en el nombre de Jesús, amén. Tu hermano y amigo Daniel
Aragón. Feliz día en el Señor.
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