martes, 3 de octubre de 2023

¿Por qué no podemos ponerle mente cuando hablan mal de nosotros?

Porque nosotros también hablamos mal de otros: “Es que me parece mentira, Eustatio mi trabajador, lo oí hablando mal de su patrón. O sea de mí, creo que sin miramientos, lo voy a despedir”—dijo Gualterio aún exaltado. Su maestro, el sabio Gaudencio le dijo muy calmado: “Nunca le des importancia a lo que la gente de ti habla, porque ciertamente muy dentro sabes, que tú también has hablado mal de otras personalidades” Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “Que no te afecte lo mal que de ti hablen, tú has hablado mal de otras personalidades”; 30-09-2023.

Nunca debemos de poner en nuestro corazón, las cosas feas que hablan las personas, muchas veces cercanas, acerca de nosotros. Esto es darnos importancia. Tampoco debemos de creernos todo lo bueno que de nosotros puedan hablar ellos. Porque si guardamos esto en nuestro corazón, nos envanecemos. Nos engañaremos al creer que somos “buenos”. Si escuchamos hablar mal, recordemos: yo también he hablado mal de otros. Quizás los conozco, o incluso a lo mejor no. Mejor es no poner a ese comentario en nuestro corazón. “Tampoco apliques tu corazón a todas las cosas que se hablan, para que no oigas a tu siervo cuando dice mal de ti; porque tu corazón sabe que tú también dijiste mal de otros muchas veces.” Ecl.7:21-22.

Padre, que mis oídos y mi ser, no estén prestos a darle importancia de lo mal que de mí puedan hablar. Que haga reflexión de que en eso fallamos todos. Que tampoco me envanezca si hablan muy bien de mí. Porque yo no soy el importante aquí. Eres Tú amado Dios. En el nombre de Jesús, amén. Tu hermano y amigo Daniel Aragón. Feliz día en el Señor.

 

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