¿Qué pasa con nosotros
los hijos de Dios?
Nuestras obras son agradables a Dios: “Pero entonces maestro, ¿qué puedo hacer yo al respecto? Si todo con la muerte se termina: celos, amargura, envidia. ¿Cómo he de vivir mi vida?”—inquirió Eufrosina con cierta preocupación. Su maestro, el sabio Gaudencio le dijo con emoción: “Anda y como tu pan con gozo, disfruta con los tuyos de esta vida; porque tú en Jesucristo, tienes obras de vida. Eres para Dios agradable hija mía” Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “Sirviéndole a Cristo nuestro Señor, hacemos obras agradables a Dios”; 24-10-2023.
Una buena noticia tenemos en Cristo Jesús, porque por medio de Él somos salvos por fe. No por obras, pero Él ha preparado buenas obras para que nosotros andemos en ellas. Por lo tanto, podemos estar tranquilos y calmos: comer nuestro pan, beber nuestra bebida, gozarnos de esta vida. Porque ahora ya son nuestras obras, agradables a Dios. “Anda, y come tu pan con gozo, y bebe tu vino con alegre corazón; porque tus obras ya son agradables a Dios.” Ecl.9:7.
El
mundo que se preocupe, que se aflija porque no podrá librarse de toda esa carga
negativa con que nos contamina. Pero nosotros
en Jesucristo, Él nos las quita. Por tanto nuestras obras son magníficas
delante de Jehová Dios, porque son de Él. Por eso le agradamos, porque somos
sus hijos. En el nombre de Jesús, amén. Tu hermano y amigo Daniel Aragón. Feliz
día en el Señor.
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