¿Si acaso me
sitiaran diez mil qué haré?
No temeré: “Eutrapio lo contó muy claro: “Tuve que salir de mi casa para ayudar a mi hermana. Era media noche en las calles había tremenda oscurana. ¡De pronto! Que salen como veinte pandilleros armados, por un momento me quedé helado. Pero clamé a mi Dios por protección y esto pasó: Cuando se acercaban a paso lento, una sirena de policía se oyó en el firmamento. Todos ellos en diversas direcciones salieron huyendo”—finalizó el joven emocionado. Su maestro, el sabio Gaudencio, le dijo impactado: “Por eso dijo el rey David: No temeré si pusieren sitio contra mí” Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “Aunque esté rodeado, con Dios no me veré afectado”; 25-04-2024.
Se necesita de mucha fe para, en medio de un sitio contra ti, no ver a los que te rodean sino al Todopoderoso quien te defiende. El rey David cuando escribió esto, ciertamente estaba rodeado de enemigos, por eso sus palabras tienen pleno sustento. Y sólo estaba armado con su fe en Dios (además, cuando estás de esa manera rodeado, qué arma te va a servir); de tal manera que escogemos la mejor de las armas defensivas: Creerle a Dios. Usemos de ella y veremos grandes maravillas. “No temeré a diez millares de gente, Que pusieren sitio contra mí.” Sal.3:6.
Padre,
que mi fe sea tan fuerte que aunque me encuentre
rodeado de muchísimos enemigos no tema tal cosa y mi esperanza y salvación
estén enfocados en Ti. En el nombre de Jesús, amén. Tu hermano y amigo Daniel
Aragón. Feliz día en el Señor.
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