domingo, 1 de marzo de 2020

Y aun la luz de mis ojos me falta ya.

¿Qué emoción te provoca enfermarte?
La preocupación: “Aurelio estaba muy acongojado, por eso dijo como cansado: “Estoy sumamente preocupado, mi hermano Aureliano y su familia están en Tijuana entrampados. Ellos iban a cruzar la frontera pero no hemos sabido noticias frescas. La preocupación me tiene sin fuerzas”—confesó sinceramente. Su maestro le dijo esto serenamente: “La preocupación excesiva te mortifica; es como un fósforo encendido en un cuarto lleno de dinamita” Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “Déjale a Dios tu preocupación”; 29-02-2020.

Cuando un perro toma un gran hueso lo roe y lo roe; luego, va y lo entierra, lo esconde. Luego lo desentierra y lo comienza a roer nuevamente. Y así sigue hasta que lo deja seco o bien, todo lo carcome. Así somos nosotros con las preocupaciones, lo peor es que la misma nos causa afectaciones y enfermedades. Dios no quiere que pongamos nuestros pensamientos en los problemas, pues lo que lograremos es enfermarnos. Pero si le hablamos y le dejamos el problema a Él, encontraremos paz y bienestar. “Mi corazón está acongojado, me ha dejado mi vigor, Y aun la luz de mis ojos me falta ya.” Sal.38:10.

Padre, que jamás mi preocupación me lleve hasta incluso la depresión. Que antes pueda tener las fuerzas y la inteligencia de dejarte a Ti ese problema, para que me des la solución del mismo. Que siempre confíe totalmente en Ti amado Rey; en el nombre de Jesús, amén. Tu hermano y amigo Daniel Aragón. Feliz día el Señor.


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