¿Cuál es la
actitud nuestra ante los conflictos que traen bienaventuranza?
Ser un
pacificador: “Se
me han acercado algunos y otros me han conminado, seguramente por mi condición
de figura pública, a expresar criterios sobre mi posición con respecto a los
hechos y hay quienes me han explorado con tonos agresivos, arrinconándome para
que mi respuesta sea la que ellos quieren oír cuando lo que plantean son
reacciones que proclaman el odio y el caos para solucionar un problema que
precisamente nació de la intolerancia, por la falta de respeto del uno por el
otro, porque se nos salió el indio rebelde, que por no haber aprendido a domarlo,
nos tiene, a tan solo cuatro años del bicentenario de nuestra independencia, en
la misma refriega que nos ha identificado desde que fundamos nuestra nación y
le pusimos por nombre Nicaragua.” Joaquín Absalón Pastora; “Detalles del
momento. Quiero ser pacificador”; escrito enviado por Whats App.
Nunca
nos debemos de olvidar que nuestra tarea como cristianos es la de reconciliar,
la de amar, la de servir, la de ser un pacificador. No podemos dejarnos
arrastrar por la intolerancia, las expresiones y actitudes de odio, de ofensas,
de manipulación y de control. No nos
podemos sobrecoger por el miedo. Cuando buscamos
el diálogo y deseamos ventilar los mismos a través de esa vía; no usando la
violencia como uso y pretexto del señalamiento, la acusación y la condenación;
podremos juntos buscar la justicia y enmendar los errores con el fin de
reconciliarnos. “Bienaventurados los
pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.” Mt.5:9.
Padre,
buscamos a través de Ti poder servir como reconciliadores y pacificadores ante
los daños y conflictos que emergen como producto de nuestros errores, defectos
y pecados. Te pedimos perdón por ellos Señor, a nivel personal y a nivel de
nación. Permíteme ser un pacificador
para ser llamado un hijo de Dios, en el nombre de Jesús, amén. Tu hermano y
amigo Daniel Aragón. Feliz día en el Señor.
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