¿Cómo se nos
perdonan nuestras ofensas?
Perdonando las
ofensas de otros: “Eustorgia
le preguntó a su amiga, quería saber qué opinaba Orquídea: “Dime amiga, te escucho
hablar: ¿Qué tan importante es el perdonar?”—fue la pregunta que le hizo.
Orquídea se interesó muchísimo, así le dijo: “Cuando te perdono a ti las
ofensas que me hiciste, Dios me perdona a mí los pecados que cometí. Es tan
poderoso el perdonar, que nosotros conseguimos con los hombres y Dios, estar en
completa paz” Cuentos del Reino; Daniel
Aragón; “Perdonar me trae completa paz”; 02-0-2019.
Es
un ejercicio, no se necesita “sentir” perdonar. Sólo hay que hacerlo y luego, a
medida que lo practicamos, sentiremos la necesidad de perdonar a los demás el
daño que puedan causarnos. Cualquiera que sea la intensidad de la ofensa. Cuando
perdonamos, qué grata sensación de bienestar sentimos, es integral: física,
emocional, espiritual y mental. El perdón trae a nosotros bienestar, y
fortalece nuestra comunión con el Creador. “Y
perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.”
Mt.6:12.
Padre,
Tú me has revestido con esa disposición de practicar el perdón de las ofensas
ajenas. Y como yo mismo ofendo a los demás, Tú siempre estás dispuesto a perdonar mis faltas, porque esa ha sido mi
práctica aprendida de Ti. Gracias por darme de tu temor, en el nombre de Jesús,
amén. Tu hermano y amigo Daniel Aragón. Feliz día en el Señor.
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