lunes, 3 de junio de 2019

Como también nosotros perdonamos


¿Cómo se nos perdonan nuestras ofensas?
Perdonando las ofensas de otros: “Eustorgia le preguntó a su amiga, quería saber qué opinaba Orquídea: “Dime amiga, te escucho hablar: ¿Qué tan importante es el perdonar?”—fue la pregunta que le hizo. Orquídea se interesó muchísimo, así le dijo: “Cuando te perdono a ti las ofensas que me hiciste, Dios me perdona a mí los pecados que cometí. Es tan poderoso el perdonar, que nosotros conseguimos con los hombres y Dios, estar en completa paz” Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “Perdonar me trae completa paz”; 02-0-2019.

Es un ejercicio, no se necesita “sentir” perdonar. Sólo hay que hacerlo y luego, a medida que lo practicamos, sentiremos la necesidad de perdonar a los demás el daño que puedan causarnos. Cualquiera que sea la intensidad de la ofensa. Cuando perdonamos, qué grata sensación de bienestar sentimos, es integral: física, emocional, espiritual y mental. El perdón trae a nosotros bienestar, y fortalece nuestra comunión con el Creador. “Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.” Mt.6:12.

Padre, Tú me has revestido con esa disposición de practicar el perdón de las ofensas ajenas. Y como yo mismo ofendo a los demás, Tú siempre estás dispuesto a perdonar mis faltas, porque esa ha sido mi práctica aprendida de Ti. Gracias por darme de tu temor, en el nombre de Jesús, amén. Tu hermano y amigo Daniel Aragón. Feliz día en el Señor.

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