miércoles, 11 de diciembre de 2019

Él es mi roca y mi salvación, mi fortaleza donde jamás seré sacudido


¿De quién proviene mi victoria?
De Dios: “Eustaquio hablaba emocionado, él en una guerra había participado: “Cuando te bombardea el enemigo, sea por artillería pesada, o por la aviación porque quiere acabar contigo; en un bunker debes de refugiarte, sin embargo ahí tú sientes los embates. Puedes percibir cómo tiembla toda la trinchera”—testificó lleno de emoción a los chicos del salón. Su maestro, el sabio Gaudencio tan sólo agregó: “Y aún ahí no estás jamás seguro, te lo afirmo y digo. Mas cuando haces de Dios tu fortaleza, ni siquiera eres sacudido” Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “Dios es mi victoria y fortaleza a toda hora”; 10-12-2019.

Cuando el equipo de uno está perdiendo se produce en el estado un significativo silencio. En ese momento se percibe la remontada desde el fondo de tu alma, porque sabes que tu equipo es capaz de hacer eso y más. Así es cuando algo no está bien, y parece que vas a hacer derrotado: hay que esperar a Dios en silencio, porque estamos seguros que la victoria proviene de la fe en Él. Y así es, es nuestra salvación en todo, es nuestra fortaleza. Por mucho que el enemigo contra nosotros arremeta, no seremos ni siquiera sacudidos. “Espero en silencio delante de Dios, porque de él proviene mi victoria.  Sólo él es mi roca y mi salvación, mi fortaleza donde jamás seré sacudido.” Sal.62:1-2; NTV.

Padre, gracias te doy porque Tú eres mi fortaleza amado Dios y Señor; porque mi victoria es segura en Cristo Jesús, y ni siquiera seré sacudido mi Señor; en el nombre de Jesús, amén. Tu hermano y amigo Daniel Aragón. Feliz día en el Señor.

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