¿De quién proviene
mi victoria?
De Dios: “Eustaquio hablaba
emocionado, él en una guerra había participado: “Cuando te bombardea el
enemigo, sea por artillería pesada, o por la aviación porque quiere acabar
contigo; en un bunker debes de refugiarte, sin embargo ahí tú sientes los
embates. Puedes percibir cómo tiembla toda la trinchera”—testificó lleno de
emoción a los chicos del salón. Su maestro, el sabio Gaudencio tan sólo agregó:
“Y aún ahí no estás jamás seguro, te lo afirmo y digo. Mas cuando haces de Dios
tu fortaleza, ni siquiera eres sacudido” Cuentos
del Reino; Daniel Aragón; “Dios es mi victoria y fortaleza a toda hora”;
10-12-2019.
Cuando
el equipo de uno está perdiendo se produce en el estado un significativo
silencio. En ese momento se percibe la remontada desde el fondo de tu alma,
porque sabes que tu equipo es capaz de hacer eso y más. Así es cuando algo no
está bien, y parece que vas a hacer derrotado: hay que esperar a Dios en
silencio, porque estamos seguros que la victoria proviene de la fe en Él. Y así
es, es nuestra salvación en todo, es nuestra fortaleza. Por mucho que el
enemigo contra nosotros arremeta, no seremos ni siquiera sacudidos. “Espero en silencio delante de Dios, porque
de él proviene mi victoria. Sólo él es
mi roca y mi salvación, mi fortaleza donde jamás seré sacudido.” Sal.62:1-2; NTV.
Padre,
gracias te doy porque Tú eres mi
fortaleza amado Dios y Señor; porque mi victoria es segura en Cristo Jesús, y ni
siquiera seré sacudido mi Señor; en el nombre de Jesús, amén. Tu hermano y
amigo Daniel Aragón. Feliz día en el Señor.
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