¿Qué pasa cuando
nos deleitamos en la Palabra de Dios?
Nuestra lengua habla sus dichos: “Eulalio fue quien dio testimonio con sus propios labios: “Al estudiar la Palabra de Dios y su poder para en nuestra vida hacer el bien, uno queda tan gozoso y satisfecho que de tu boca sólo sale esa Palabra poderosa”—confesó ante todos. Su maestro, el sabio Gaudencio le dijo de este modo: “Todos sus mandamientos son justicia, toda su Palabra es verdad. Por eso de tus labios su Palabra de ellos saldrá, tal y como está la dirás” Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “Tu Palabra de mis labios saldrá”; 15-07-2021.
Cuando estudiamos y meditamos en la Palabra de Dios, con sólo ese hecho te invade un gozo indescriptible. Al conocer y entender la misma, es como un refrescante baño en una caída de agua, arriba en la montaña. Entonces quieres compartirla, hablarla, recitarla. Y cuando la aplicamos y comprobamos su eficacia, su poder, entonces la compartes con alegría y de ella testificas. “Hablará mi lengua tus dichos, porque todos tus mandamientos son justicia.” Sal.119: 172.
Padre,
bendita es tu Palabra; ella está llena de tus dichos, consejos, promesas,
leyes, preceptos, estatutos y decretos. Enséñame
siempre sobre ella y mis labios hablen de tus versículos bíblicos, para tu
gloria y alabanza. En el nombre de Jesús, amén. Tu hermano y amigo Daniel
Aragón. Feliz día en el Señor.
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