sábado, 21 de octubre de 2017

Mi socorro siempre viene de lo Alto

¿Hacia a quién alzaré mis ojos?
Hacia mi Dios y Salvador: “Eulogia miraba y miraba, sus ojos un extraño brillo destellaban.  Con interés observaba las oficinas ejecutivas, el majestuoso escritorio de quien esa empresa dirigía.  Los salones, las cortinas; la sala de conferencias: todo era de lujo y de magnificencia.”—por eso dijo con insistencia: “Yo quiero pasar mi pasantía aquí, este es el lugar adecuado para mí”.  Su maestro, el sabio Gaudencio, así le indicó: “No pongas tus ojos en estas cosas superfluas, pon tu mirada en Dios. No mires sólo lo que te interesa, no veas por vos.  Pon tu mirada mejor, en las cosas del Señor” Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “Alza tus ojos hacia el Señor”; 20-10-2017.

Si tan sólo alzáramos nuestros ojos para que viéramos a Dios en vez de ponerlos en nuestra propia situación.  Si siempre pudiéramos desviar la vista de las cosas desagradables, para ver la agradable y perfecta voluntad de Dios.  Si apartáramos nuestra mirada de aquellos eventos o sucesos, los cuales no tienen belleza porque no reflejan la grandeza del Señor.  Si en nuestra inquietud apreciáramos la calma que nos da el Espíritu de Dios; si en la impaciencia fuéramos vivificados con la paciencia del Creador; entonces, y sólo entonces, los demás verán en mí una meta qué desear, algo quimérico que desean lograr, un Espíritu que desean abrazar. “Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro?  Mi socorro viene de Jehová, Que hizo los cielos y la tierra.”  Sal.121:1-2.

Padre, ¿hacia dónde alzaré mis ojos?  ¿De dónde vendrá mi socorro?  Cuando esté en cualquier situación sea de peligro, de angustia, alegría o desesperación, me he preguntar una y otra vez hacia dónde he de ver, y Padre, que me responda siempre que he de verte a Ti, en el nombre de Jesús, amén.  Tu hermano y amigo Daniel Aragón.  Feliz día en el Señor. 

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