Nuestro Dios, ¿es
Dios nuestro en qué tiempo?
Cada
día, en todo
tiempo: “Evaluemos
cada día. ¿Ha sido hoy, todo para la
gloria de Dios? ¿Hemos estado hoy en pos
de nuestro Señor? ¿Hemos guardado sus
mandamientos, hemos escuchado su voz? ¿Le
hemos servido hoy, le hemos seguido?
¿Qué hemos hecho en favor de nuestro prójimo esta vez?; ¿y cómo hemos,
en ellos, avivado nuestra fe? ¿He sido
un fiel testigo de su gran poder? ¿He
compartido, he presentado, he hablado hoy de mi Dios amado?”—Enseñaba con sus
preguntas de fuego, el sabio Gaudencio” Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “Evaluemos si hemos servido a Dios hoy”;
17-10-2017.
Si
evaluáramos cada día, al final del mismo, qué tal ha sido nuestro contacto con
Dios, si ha crecido nuestra relación con Él.
Si nuestro servicio a Él ha sido con la suficiente calidad, si hemos mejorado
cada día el amarlo, el amar a nuestro prójimo, el amarnos a nosotros mismos. O bien, si continuáramos evaluando si nos
hemos equivocado, si le hemos fallado, si hemos pedido perdón o hemos
perdonado. Si en realidad hemos hechos
las reparaciones necesarias para mejorar cada día más, porque por Él andamos y
somos. “En pos
de Jehová vuestro Dios andaréis; a él temeréis, guardaréis sus mandamientos y
escucharéis su voz, a él serviréis, y a él seguiréis.” Dt.13:4.
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