¿Qué debemos hacer
para mejorar la comunicación?
Animarnos los unos
a los otros, así como también edificarnos: “Son unos ineptos, la verdad es que
en el equipo ya no los quiero. Le hablo
y hablo; les digo y les dijo, y constantemente les enseño; pero ustedes parecen
estar como dormidos, con sueño. Y otra
vez les digo: razón como siempre, yo la tengo”—comunicó estas palabras duras
Eulalio a su equipo de trabajo. El sabio
jefe Gaudencio lo llamó aparte y así le espetó: “Ese argumento de “tener razón”
te traerá problemas al por mayor.
Realmente Eulalio, debes de sufrir de baja autoestima, pues sólo así se
estima que tratas de elevarte siempre más, rebajado a los demás. Eso a ti no te eleva ni te hace superior. Debes
de saber que dependemos los unos de los otros en amor, para ayudarnos a cubrir
los vacíos de nuestra compresión. Vivimos
seguros y ayudamos a otros, cuando dejamos de depender de nuestro propio poder”
Cuentos del Reino, Daniel Aragón. “Anima en amor, para fortalecer la compresión”;
13-10-2017.
Es
como un sello que ponemos, o al menos eso pretendemos, cuando imponemos
nuestros argumentos. Queremos dejar
sentado que tenemos la razón sea cual sea el resultado en los demás al
ofenderlos, rebajarlos y lastimarlos. Queremos
ser el centro de la atención, y nos creemos el pavo real, el rey del
universo. Esto en la casa, en el
trabajo, en la comunidad, en la iglesia. Pero lo que se trata es de juntos
colaborar, animarnos y edificarnos. “Por
lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como hacéis”
1Ts.5:11.
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