¿Cómo debemos de
trabajar y servir?
Como siervos de
Cristo: “Aurelio
fue quien dio la orden: “Ya se fue el jefe, pueden descansar y relajarse. A divertirse,
yo montaré guardia y estaré pendiente.” Su
amigo Eustaquio llegó donde él y así le aconsejó: “Tú eres un gerente, tu jefe
ha confiado en ti plenamente. ¿Por qué
vas a trabajar eficientemente mientras él está presente? Debes de trabajar siempre
de corazón, no para agradar a los hombres, sino para engrandecer al Señor. Esta
es la voluntad de Dios” Cuentos del
Reino; Daniel Aragón; “No agradando a los hombres sino a Dios” 25-10-2017.
Trabajar,
producir, crear, son dones que Dios nos ha dado al ser hechos a imagen de
Él. Nos parecemos más al Señor, cuando
servimos, cuando resolvemos necesidades y cuando lo hacemos con calidad,
eficiencia y productividad. Pero muchos
de nosotros aún creemos que el trabajo es una “maldición” y no una
bendición. Por eso, muchos lo hacemos
sólo para servir al ojo, o sea, mientras nos están observando y vigilando. Muchos lo hacemos para agradar a los
hombres. Sin embargo, podemos trabajar
de manera excelente como sirviendo a Cristo, nuestro Señor. “No
sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos
de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios”. Efe.6:6.
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