martes, 17 de octubre de 2017

El que responde precipitado, siempre será avergonzado

¿Qué debemos de hacer para no pasar vergüenza o cosechar necedad?
No ser precipitados para hablar:“Las palabras salieron en ráfaga de la boca de Aurelio.  No se midió, tan sólo se precipitó.  “Te odio Eulogia, te odio.  ¿Por qué me mientes?  Mira que comprobé tu versión de manera fiel y es muy seguro que me seas infiel.  ¡No quiero nada contigo, vete, sigue tu camino!”  “Está bien, si así lo quieres, así lo haré.  Tan sólo te diré: Si te mentí antes, no fue porque me vería con un amante.  Por el contrario, a tu madre fui a ayudarle.  Ella tiene un serio problema, pero ella no quería que tú lo supieras.”  Aurelio quedó en silencio.  Sintió que el mundo se lo tragaba y lo enviaba adentro.  Pero por ahí pasaba el sabio Gaudencio: “Hay hijo mío, no te apresures al hablar y emitir juicio.  El que responde antes de escuchar, necedad y vergüenza va a cosechar” Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “No te apresures al hablar, responde después de escuchar” 16-10-2017. 

Tenemos la falta de carácter y la mala costumbre de hablar y emitir juicio antes de escuchar a la persona con la que tenemos conflictos por nuestra precipitación.  Pensamos un torrente de ideas maliciosas porque creemos que nos ven la cara de tontos.  Entonces nuestra ansiedad va creciendo y cuando estamos en frente de la persona le dejamos ir montón de improperios, supuestos, falsedades.  Todo acompañado de desconfianza, ofensas y rechazo.  Pero luego nos damos cuenta del error y entonces la vergüenza cae sobre nosotros.  pero volvemos a repetir el asunto y entonces ya nos volvemos necios. “El que responde antes de escuchar, cosecha necedad y vergüenza.”  Pr.18:13.

Padre, que podamos ser lo suficientemente sabios y prudentes, para no apresurarnos en responder cuando no hemos escuchado.  Que nuestra estima sea tan apropiada, que jamás tengamos la sensación de que se burlan de nosotros.  Danos dominio propio para ser prudentes, en el nombre de Jesús, amén.  Tu hermano y amigo Daniel Aragón.  Feliz día en el Señor. 

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