martes, 31 de octubre de 2017

Conozcamos al Pastor

¿Qué es más importante que conocer la Palabra de Dios?
Conocer al autor de esa Palabra: “Un famoso actor de teatro entretenía a los huéspedes…se ofreció a que le pidieran alguna pieza extra, por lo que un tímido sacerdote le preguntó si conocía el Salmo 23.  El actor respondió de inmediato: – “Sí, Padre, lo conozco, y estoy dispuesto a recitarlo con una condición… que después lo recite usted.” El sacerdote se sintió un poco incómodo, pero accedió a la condición. El actor hizo una bellísima interpretación, con una dicción perfecta: “El Señor es mi Pastor, nada me faltará…” Al final, los huéspedes aplaudieron vivamente, elogiando la interpretación. Entonces llegó el turno del sacerdote… este se levantó muy despacio y, tras un momento de silencio, cerró los ojos y recitó lentamente las mismas palabras que momentos antes pronunció el actor…No hubo aplausos, sólo un profundo silencio llenó la sala mientras algunas lágrimas comenzaban a brotar. El actor se mantuvo en silencio unos instantes, después se levantó y dijo: – “Espero que se hayan dado cuenta de lo que ha sucedido aquí esta noche… yo conocía el Salmo, pero el sacerdote conoce al Pastor.”  Autor desconocido, tomado del Internet.

Por supuesto que para conocer a Dios se necesita leer la Palabra de Dios.  Pero una cosa es recitar la Biblia de memoria, y otra cosa es tener una relación con el Señor. Porque si no hay relación íntima con Él, la Palabra tiende a ser como la semilla que es tomada por las aves en el camino.  Así que es importante leer y conocer la Biblia, pero es mucho más importante conocerlo a Él. “para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él,”  Efe.1:17.

Padre, anhelamos conocerte y tener una relación cada día más íntima contigo.  Ser testigos de tu amor, salvación y maravillas, en nuestra Judea, nuestra Samaria y hasta en lo último de la tierra.  Conocerte más y más para gloria tuya y nuestra, en el nombre de Jesús, amén.  Tu hermano y amigo Daniel Aragón.  Feliz día en el Señor. 

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