Dar, ayudar a los
necesitados: “Dale
algo a aquellos que tienen problemas, a aquellos cuyos pensamientos se
confunden, algo de tu simpatía, tus oraciones, tu tiempo, tu amor, tu
pensamiento, tú mismo. A continuación, regala tu propia confianza, como te ha
sido dada a ti por la Gracia de Dios. Da
de ti mismo y de tu simpatía amorosa. Da lo mejor a quienes lo necesitan y lo
aceptarán. Da de acuerdo a las necesidades, nunca de acuerdo a los desiertos.” A.A.HIVOC.
🇨🇴
No
sólo se trata de dinero, en este mundo afectado cada uno de nosotros puede
estar necesitado de algo: un abrazo, una conversación, una palabra de ánimo, un
consejo, un espaldarazo, un compartir de experiencias, fortalezas y esperanzas;
un testimonio, etc. En el Reino de Dios
no eres rico por lo que posees y recibes; eres una persona pudiente por la
capacidad que tienes para dar, a aquellos que nos demandan y necesitan algo de
nosotros: “En todo os he enseñado que,
trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del
Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir.” Hch.20:35.
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