¿Qué tenemos que
hacer para que las promesas se puedan tejer?
Desechar lo viejo
e introducir lo nuevo en nuestros corazones: “Es contraproducente Eulalio: por
un lado, me dices que las promesas de Dios aunque las tienes, no las
obtienes. Por otro lado, sólo vives
dudando y de todo te estás quejando.”—le expresó con acierto, el sabio Gaudencio.
“Parece que en mi caso las promesas no se cumplirán, lo que pasa es que tú
sabes. En ellas espero, pero luego
cuando nos las veo me desespero”.
Gaudencio frunció el ceño circunspecto y le terminó así diciendo: “Las
promesas de Dios no son cábalas, ni palabras mágicas. Para que las veas
cumplirse, en ellas has de estar firme. Pero,
para que en tu corazón estén estas promesas, debes de desechar tus viejas creencias”
Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “Las
promesas del Señor, se cumplen al creerlas en un nuevo corazón”; 04-12-2017.
Recibí
de bendición ropa nueva, camisas, pantalones, calcetines, calzoncillos,
camisetas. Pero no me caben en el
armario ni en las gavetas. Para poder
meter la ropa nueva, tengo que eliminar la vieja, por una sencilla razón: no
hay espacio. Cómo va a caber la ropa
nueva si aún tengo la vieja. Así es
también cuando nos dan buenas nuevas a través de las promesas del Señor, para
que entren esas creencias nuevas, tenemos que sacar y desechar las viejas en
nuestro corazón. “Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera el vino nuevo
rompe los odres, y se derrama el vino, y los odres se pierden; mas el vino
nuevo en odres nuevos se ha de echar.” Mr.2:22
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