¿Si no le fuéramos
fiel al Señor, cómo respondería Él?
Siendo fiel: “Eulogio
vociferaba, a gritos se quejaba: “¿En quién puedo confiar? Mi mejor amigo a
quien le había confiado todo mi ser, se me fue con mi mujer. Mi padre, nos dejó
pequeños, se nos fue a formar otro hogar. Nuevos hijos a quien parece quiso
más. En mi trabajo, hicimos un gran proyecto, y el mejoramiento del salario
prometido, tres años después y no lo han cumplido.” El sabio Gaudencio se quedó en silencio y así
le dijo: “Nunca puedes confiar en ser humano alguno, pero sí en Jesucristo,
pues Él es fiel como ninguno. Aunque tú le falles y Él jamás podrá
dejarte. Mucho menos traicionarte” Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “La
fidelidad inigualable de Jehová”; 27-12-2017.
Depender
de otro ser humano siempre es arriesgado porque ninguno de nosotros es
perfecto. Cuando tenemos problemas y nuestra situación se hace difícil, es
posible que en quien podemos confiar también esté pasando algún mal. O bien,
haciendo algo que Él necesite. Sin embargo,
con Dios, nuestro Señor, siempre nos atenderá.
Aún, como humanos fallidos, si nosotros le fuéramos infieles, Él
permanecerá incólume; somos sus hijos, Él cumple lo que ha prometido, no puede
negarse a sí mismo. Es su esencia, su
naturaleza ser fiel. “Si fuéremos
infieles, él permanece fiel; Él no puede negarse a sí mismo.” 2Tim.2:13.
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