¿A qué compararemos
la presencia de Dios?
A racimo de flores de alheña: “Me dejó simplemente desconcertado por el parangón utilizado. Me dijo que era como un ramo de flores en las viñas de En-gadi, ahí sí que de plano me confundí. ¿Por qué esa comparación maestro? ¿Puede usted explicarme por favor?—le inquirió Laurencio a su mentor. Su maestro, el sabio Gaudencio, le expuso con sobrada satisfacción: “En-gadi es un lugar situado cerca del Mar Muerto. Es uno de esos oasis maravillosos que uno encuentra en el desierto. Y las flores de alheña, son lindas. Perfumadas, bellas.” Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “Racimo de flores de alheña, es Jesucristo para su Iglesia”; 27-12-2023.
¡Imagínate!: Estás en el desierto en esta vida y de pronto te encuentras con racimos de flores, no sólo bellas, sino que también olorosas. Pero no lo es todo, estás en varias viñas, en un oasis donde abundan los manantiales, las palmeras, los diversos frutos tropicales y orientales. Espacios sombreados hay por doquier, y la brisa refresca con agradable temperatura. A esta maravillosa escena compara la Iglesia a su amado Jesucristo. Y ciertamente así es. “Racimo de flores de alheña en las viñas de En-gadi, Es para mí mi amado.” Cnt.1:14.
Padre,
racimo de flores de alheña eres amado Rey, vistosas y aromáticas en medio de un
espléndido oasis, donde los ríos de agua
viva brotan, con aguas que salpican para vida eterna. Eso eres para mí amado
Dios, en el nombre de Jesús, amén. Tu hermano y amigo Daniel Aragón. Feliz día
en el Señor.
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