¿Cómo deben de ser
nuestras palabras?
Agradables y palabras de verdad: “Mi madre fue la que me dejó escrito aquel hermoso mensaje—expresó Eustracio a su maestro Gaudencio—decía así más o menos: “Te amo hijo mío y Dios sabe que lo mejor para ti he querido. Ahora bien, has tomado una decisión que para ti es lo mejor. La respeto, aunque sé que no es buena esa tu disposición. Pero ahora, tienes que salir de mi casa y mi vida. No puedo tenerte en mi hogar con esa tu actitud llena de egoísmo y arrogancia. Dios te guarde y te llene de su gracia”—Y así fue maestro, como tuve que sufrir para llegar a aceptar mi error y mi derrota, todo gracias a esa nota”—confesó el muchacho con sinceridad. Su maestro, el sabio Gaudencio le dijo estas palabras que son verdad: “Tu madre es como una predicadora, te habló con palabras edificadoras, pero además, te escribió palabras de verdad” Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “Procura hablar palabras agradables, rectas, verdaderas, loables”; 05-12-2023.
La
importancia que reviste hablar palabras de vida, de edificación, que sean
gratas a los oídos. Esto es, hablar palabras de sabiduría. Y luego poder
escribir rectamente palabras que sean verdad. Esto es muy importante, porque
debemos desechar las palabras que sean vanidad, que desagraden y que puedan
afectar. Ahí se reconoce al sabio, al que predica con la verdad. “Procuró el Predicador hallar palabras
agradables, y escribir rectamente palabras de verdad.” Ecl.12:10.
Padre,
enséñame y sigue enseñándome a hablar y hallar palabras agradables, palabras
que edifiquen y que ayuden a reflexionar y escoger una vida en Ti. Que a la vez pueda rectamente escribir
palabras de verdad; en el nombre de Jesús, amén. Tu hermano y amigo Daniel
Aragón. Feliz día en el Señor.
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