¿Cuándo he de tener a Cristo en mi corazón?

Antes de temer lo alto y las mismas calles: “Decaulión ya era un hombre viejo y de todo tenía miedo. Por eso cuando le invitaron a caminar, rechazó de plano el ofrecimiento, dijo que en esas calles no se podía andar” La pregunta de Eufronia no se hizo esperar: “¿Por qué su amigo no quiso ir a pasear?”—inquirió con interés. Su maestro, el sabio Gaudencio le dijo en un dos por tres: “Cuando llegamos a viejos sin Dios, de todo podemos llegar a tener miedo. Hasta de caerse pueden tener recelos” Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “Llegar a viejo sin Dios de todo puedes tener miedo”; 02-12-2023.

Imagínate: cuando envejecemos las piernas se debilitan y muchas veces ya no nos sostienen firmes. Hay temor pues a caerse, y muchos son los ancianos que se caen y tienden a quebrarse la pelvis. Luego el pelo todo se encanece como flor de almendro y el apetitito sexual se pierde con el tiempo. Hay que acordarse de Dios ante de todo esto. Porque cuando ahí estemos, sólo nos quedará partir a nuestra eterna morada, sea con Dios o sin Él, y sólo quedarán quienes en tu entierro habrán de llorar. “cuando también temerán de lo que es alto, y habrá terrores en el camino; y florecerá el almendro, y la langosta será una carga, y se perderá el apetito; porque el hombre va a su morada eterna, y los endechadores andarán alrededor por las calles;” Ecl.12:5.

Padre, me he acordado de Ti desde mi niñez y juventud. En la vida adulta también, ahora que me preparo para entrar en la adultez mayor, para luego ir a la vejez, acuérdate Tú de mí Señor, y dame una vejez tranquila y digna. En el nombre de Jesús, amén. Tu hermano y amigo Daniel Aragón. Feliz día en el Señor.