¿Por
qué debemos de procurar la humildad?
Porque
ella trae sabiduría y honra: “¿La perfecta o absoluta humildad en
nosotros podremos encontrar? No la busques más, absoluta humildad no la
encontrarás. Esa sólo en Jesús puede estar. Sin embargo, no puedes quedarte donde
estás; pues, debemos procurar a diario mejorar. Perseguimos cada día un
progreso espiritual, y a la humildad hay que buscar. ¿Por qué razón? Porque sin
ella, en nosotros se asienta la soberbia, y el fruto de ésta es la estupidez y
la deshonra. No pretendamos tener hoy la perfecta humildad, tan sólo pidamos la
que hoy necesitamos. ¿Cómo así? La humildad que puede en nosotros permitirnos
perdonar y perdonarnos. La humildad que me permita reconocer que estoy
equivocado. Aquella humildad que me haga concluir, que sin mi Padre Celestial,
y sin su Hijo y su Santo Espíritu; para nada sirvo”—expresó
el sabio Gaudencio ante sus discípulos en un especial momento” Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “La
necesaria humildad de hoy”; 06-03-2018.
Leyendo El Lenguaje del Corazón; Bill Wilson expresa: “Muy a menudo, aunque
bien intencionado, he actuado mal, diciendo o pensando, "Yo tengo razón y
tú no la tienes," "Mi plan es correcto, el tuyo equivocado,"
"Gracias a Dios que tus pecados no son los míos," "Estás
perjudicando… y te voy a parar en seco," "Cuento con la orientación
de Dios, así que Dios está de mi lado." Y un sinfín de cosas similares.” (pág.255). ¿Hemos tenido también estas
actitudes y pensamientos? Eso se llama
soberbia. Bill nos dice que tal actitud
es tonta. Por eso, requerimos pedir humildad, aquella necesaria hoy: Para no
creerme siempre en lo correcto, para escuchar otros argumentos, para no
amenazar, para no hacer sentir a los demás que soy especial, para poder
aprender a amar y servir...” “Cuando
viene la soberbia, viene también la deshonra; mas con los humildes está la
sabiduría” Pr.11:2.
Padre, necesito hoy la humildad requerida
para vencer en esa parte soberbia que practico ante los demás hoy. Ayúdame a no creerme superior, a poder
disponerme a servir sin juzgar ni señalar, a aceptar a los demás con sus ideas,
emociones y actitudes, a poderles perdonar de verdad, y a tantas otras cosas
más, en el nombre de Jesús, amén. Tu hermano y amigo Daniel Aragón. Feliz día
en el Señor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario