¿Qué
nos recrimina el Señor?
El
juzgar y ver la paja en el ojo ajeno: “Armados de esta falsa justificación,
convencidos de nuestra rectitud, nos lanzamos al ataque. Puede ser cierto que
haya una auténtica necesidad de remediar una situación perjudicial. Puede ser
cierto que tengamos que valernos de algunos hechos desagradables. Pero lo
decisivo del asunto será cómo nos comportemos. Es imperativo que estemos
seguros de no contarnos entre aquellos que ven la paja en el ojo ajeno, sin ver
la viga en el propio. Por lo tanto, es conveniente hacernos las siguientes
preguntas: "¿Tenemos una clara comprensión de la gente involucrada en esta
situación? ¿Estarnos seguros de habernos enterado de todos los hechos? ¿Es
realmente necesaria alguna crítica o intervención por nuestra parte? ¿Podemos
decir con toda seguridad que no estamos asustados o airados?" Únicamente
después de someternos a un examen así, podemos confiar en que estemos actuando
con el cuidadoso criterio y con el espíritu de amor que siempre serán
necesarios para mantener nuestra propia integridad.” Bill Wilson; “El Lenguaje del Corazón”; pág.262.
Qué importante es hacernos esas cuatro
preguntas que nos sugiere Bill Wilson; ¿Tengo una clara compresión de la gente
involucrada, tengo todos los hechos comprobados, es realmente necesaria mi
intervención, no estoy asustado ni enojado?; porque nuestra hipocresía al
querer calificar a otros basados en una pseuda rectitud nuestra, nos hace juzgar,
señalar y atacar. Es fácil además ver las afectaciones en otras personas de la
caída; pero no es fácil ver las mías. Lo difícil es ver lo que Dios hace (y
puede hacer) en las personas transformándolas. “¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas
de ver la viga que está en tu propio ojo?” Mt.7:3.
Padre, que mi rectitud esté basada en amar
a los demás y no desearles daño, ni juzgarles, ni señalarles; sino, por el
contario, en querer ayudarles, apoyarles, edificarles y fortalecerles. Que la hipocresía sea eliminada en mi vida
y siempre tome en cuenta que Tú eres quien juzgas y quien redimes. En el nombre
de Jesús, amén. Tu hermano y amigo Daniel Aragón. Feliz día en el Señor.
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