domingo, 18 de marzo de 2018

Reconocer mi error delante de Dios


¿Qué pasa cuando queremos indagar tanto y tanto en nuestros desvaríos?
Añadimos dolor y nos puede traer aflicción de espíritu: “El Dr. Bob estaba de pie en el piso superior, alto y espigado como siempre...Este era mi socio, el compañero con quien nunca había cruzado una palabra dura.  Su maravillosa y amplia sonrisa, estaba en su rostro cuando me dijo en forma casi divertida: _"Recuerda, Bill, no echemos esto a perder. ¡Mantengámoslo simple!” Yo salí, sin poder pronunciar una palabra. Esta fue la última vez que lo vi.” (Bill Wilson hablando del Dr. Bob Smith); “Mantengámoslo Simple”; 16-03-2018; AAHIVOC.co

Tan sólo nos pide que le creamos.  Dios no nos da una difícil solución a cualquiera que sea nuestro problema. Ni nos pone un pesado yugo sobre nosotros. Todo lo hace fácil por una razón muy sencilla: No hay nada difícil para Él. Podemos indagar sobre las causas de nuestro mal, ya sea espiritual, físico, emocional, sentimental o intelectual; pero lo más acertado es “mantenerlo simple”; esto es, reconocer mi pecado, que he fallado y pedirle perdón a Dios.  Pedirle incluso que nos ayude a superarlo y procurar no repetirlo nuevamente. Y si volvemos a fallar, realizar el proceso de nuevo. Sencillo, simple, fácil, pero creyéndolo: “Y dediqué mi corazón a conocer la sabiduría, y también a entender las locuras y los desvaríos; conocí que aun esto era aflicción de espíritu. Porque en la mucha sabiduría hay mucha molestia; y quien añade ciencia, añade dolor.” Ecl.1:17-18.

Padre, muchas veces queremos indagar e indagar a profundidad las causas de nuestro mal.  Y no está mal en hacerlo.  Pero no podemos quedarnos ahí; lo principal es llegar hasta donde Ti, reconocerlo, arrepentirnos y pedirte perdón. Sólo Tú nos das una sencilla y simple solución a nuestro intrincado error. En el nombre de Jesús, amén. Tu hermano y amigo Daniel Aragón; feliz día en el Señor.

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