La soberbia
espiritual: “Podemos
preguntarnos si, en formas menos obvias pero igualmente destructoras, no somos
más propensos de lo que creemos a arranques de soberbia espiritual. Esta clase
de autoexamen, si nos aplicarnos diligentemente a hacerlo, podría sernos aun
más provechoso. Nada podría aumentar con mayor seguridad la comunicación entre
nosotros mismos y con Dios.” Bill Wilson; “El Lenguaje del Corazón”;
pág.253.
Cuando,
en vez de hacer lo bueno en acciones ayudando y sirviendo a nuestro prójimo,
nos introducimos en el bajo mundo de las discusiones religiosas, pecamos de
soberbia espiritual. Dios no quiere que perdamos el tiempo en vanos altercados
teológicos, esto no quiere decir que no debamos discipular, sino que nos
concentremos en reflejar a Jesucristo y lo que predicamos, ayudando al
necesitado. “Pero ahora os jactáis en
vuestras soberbias. Toda jactancia semejante es mala; y al que sabe hacer lo
bueno, y no lo hace, le es pecado.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario