jueves, 1 de marzo de 2018

Con la oración adquirimos la paz de Dios

¿Qué es lo que adquirimos cuando oramos?
La paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento: “Si persevera (en la oración), es casi seguro que encontrará mayor serenidad, mayor tolerancia, menos temor y menos ira… Los problemas y las calamidades empezarán a cobrar el significado de instrucción, en lugar de destrucción. Se sentirá más libre y más cuerdo. Se volverá risible la idea de que, por autosugestión, pueda haber estado hipnotizándose a sí mismo. Tendrá un sentimiento cada vez más intenso del camino que ha de seguir y de la meta que ha de perseguir. Empezarán a esfumarse sus tensiones e inquietudes. Es probable que vaya mejorando su salud física. Empezarán a sucederle cosas maravillosas e inexplicables. Inexplicablemente, mejorarán las relaciones retorcidas dentro de su ámbito familiar y con el mundo exterior” Bill Wilson; “El Lenguaje del Corazón”; pág.241.

La oración es una herramienta poderosa.  Es tan sencilla, pero a la vez tan importante en nuestras vidas, que nos permite alcanzar lo más valioso en este mundo: esa paz de Dios que nos llega sin podernos explicar cómo, pues a pesar de que los problemas nos puedan estar circundándonos, no nos producen ansiedad, depresión o zozobra. Cuando a través de ella fortalecemos nuestra relación con Dios, al exponerle los motivos que nos afectan y le damos gracias en todo, no sólo cambia nuestra situación circunstancial, sino todo lo demás. “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.” Fil.4:6-7.

Padre, gracias te damos cada día porque nos permites entrar en tu presencia a través de esta oración, y poderte exponer nuestras peticiones, problemáticas y angustias. También por medio de la oración podremos darte gracias por todo y en todo.  En el nombre de Jesús, amén. Tu hermano y amigo Daniel Aragón.  Feliz día en el Señor. 

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