¿Cómo nos debemos
de vestir?
Como santos y
amados, como escogidos: “Eulogia venía modelando, un vestido nuevo y caro venía
en su cuerpo mostrando: “Así deberían de vestirse las hermanas de la Iglesia,
no que parecen que se pusieron un costal de papas vacío, por encima de su
cabeza”—dijo con aire de engreída. Su maestro la reconvino sin herirla: “Ay
Eulogia, el vestir que te pide Dios es que te vistas con amor: te pongas la
blusa de entrañable misericordia, uses la chaquetita de la benignidad, y luego te pongas en tu pecho el broche de la verdad. Ah, y la falda de la mansedumbre,
los collares de la paciencia y unos bellos zapatos de humildad.” Cuentos
del Reino; Daniel Aragón; “El amor: el vestido que nos pide el Señor”;
22-11-2019.
Dios
quiere que nos vistamos llenos de amor para mostrarnos al mundo. Esto es
vestirse con misericordia, para ver y entender a los demás, sobre todo a
aquellos que fallan más. Mostrar benignidad; portarse bien con los demás. Usar el
abrigo de la mansedumbre, pues tenemos que estar dispuestos a servir poniendo
alegría, cubrirnos con paciencia para poder soportar con amabilidad a los demás
y sobre todo: ponernos la chaqueta de la humidad; pues debemos de saber que en
todo este proceso Dios quiere que nos humillemos. Si vamos a amar, nos debemos
de humillar. “Vestíos, pues, como
escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad,
de humildad, de mansedumbre, de paciencia;” Col.3:12.
Padre,
necesito de tu poder para vestirme con esas vestiduras tuyas mi Dios, como
santo, amado y escogido de tu persona que soy. Revísteme con tu amor pues mi Dios en el nombre de Jesús, amén. Tu hermano
y amigo Daniel Aragón. Feliz día en el Señor.
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