sábado, 10 de junio de 2017

¿Cuál es la característica de la Palabra de Dios?
Su plena certeza: “El emperador mandó llamar al maestro zen Gudo a su presencia.  -Gudo, oí decir que usted es un hombre que todo lo comprende -dijo el emperador. -Me gustaría saber qué le sucede al hombre iluminado y al pecador, después de la muerte.  -¿Cómo puedo saberlo? -respondió Gudo. -Pero, al final de cuentas, ¿no es usted un maestro iluminado? -Sí, señor. ¡Pero no soy un maestro muerto!”  Paulo Coelho, Reflexiones Diarias, pág.57; “Después de la Muerte”.

Una vez me preguntaron: “Qué acaso Sócrates, Confucio, Mahoma, Zoroastro o el Dalai Lama, ¿no son seres iluminados?”  Yo les contesté, “sin duda alguna”.  Pero hay una gran diferencia: Jesucristo es la luz, ellos son iluminados.  Jesucristo no tiene vida como ellos la tuvieron, Jesucristo es la vida.  Y Jesucristo no contiene verdad, es la verdad.  Por eso cuando Él nos promete algo podemos tener SEGURIDAD.  Y una de las seguridades más hermosas es la de la salvación.  ¿Por nosotros?  No, por su Promesa: “De cierto, de cierto os digo: el que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.” Jn.5:24.

Padre, gracias por la convicción plena que pones en nosotros al recibir a Jesucristo como nuestro Señor, que en Ti, en tu Palabra, en tu Hijo: tenemos vida eterna.  Este convencimiento nos lo asegura tu Santo Espíritu y por eso estamos seguros de tu salvación eterna.  En el nombre de Jesús, amén.  Tu hermano y amigo Daniel Aragón.  Feliz día en el Señor. 

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