¿Cómo podemos
llegar a comprobar la buena y agradable voluntad de Dios?
Al transformarnos
por medio de una renovación de nuestro entendimiento: “Aurelio se lamentaba,
delante de todos así se expresaba: “El destino cambió mi suerte, en buen lugar
yo estaba. Cada día podía tomar el
dinero que yo quisiera, de la compañía lo cogía por montoneras. Pero tuvo que llegar aquella mujer metida
justo en el momento que dinero a mi cuenta yo transfería. La circunstancia no me quiso. Ah si pudiera cambiarla, preso por diez años
no habría estado, por tanto, no habría yo fracasado”. Por supuesto que ahí estaba el sabio
Gaudencio y le habló diciendo: “No son las circunstancias las responsables de
tu fracaso, por tanto, a ellas no hay que cambiarlas. Tú eres quien necesita ese cambio, y un
cambio integral y rápido. Si tú cambias
internamente, cambiarán las condiciones naturalmente. “No culpes a los momentos, sino que en Dios renueva
tu pensamiento” Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “No culpes a los momentos,
sino que en Dios renueva tu pensamiento” 15-06-2017.
Muchos de nosotros lloramos porque creemos que la
causa de nuestra infelicidad o nuestro fracaso son las personas o las
circunstancias; por ello a ellas las responsabilizamos. Cuando nos tomamos el tiempo de meditar y
reflexionar en esto, con la ayuda de Dios y su Palabra, comprobamos que no son
las personas ni las circunstancias las que necesitan ese cambio. Por eso Dios nos invita a transformarnos, por
medio de una renovación de nuestro entendimiento a diario. “No os conforméis a este siglo, sino
transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que
comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.” Rom.12:2.
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